La Iglesia Católica Apostólica Peruana y Sociedad (IBC) se erige como una institución de carácter permanente y de profunda relevancia en el ámbito eclesiástico. Fundamentalmente, es la congregación de obispos que, actuando de manera unificada y coordinada, ejercen una serie de funciones pastorales esenciales para el bienestar espiritual de los fieles.

Arzobispo Católico Ortodoxo Sirio Crisóstomo  / Obispo Jesus Gutierrez / Arzobispo Víctor Manuel Fernández Prefecto del Dicasterio por la Doctrina de la Fe (Vaticano)
Arzobispo Católico Ortodoxo Sirio Crisóstomo / Obispo Jesus Gutierrez / Arzobispo Víctor Manuel Fernández Prefecto del Dicasterio por la Doctrina de la Fe (Vaticano)

El propósito central de esta asamblea episcopal es promover, en total conformidad con la normativa del derecho canónico, el mayor bien posible que la Iglesia puede ofrecer a la humanidad. Este noble objetivo se materializa principalmente a través de la implementación de diversas formas y modos de apostolado. La Iglesia Católica Apostólica Peruana pone un énfasis particular en adaptar sus métodos pastorales a las circunstancias únicas y cambiantes de cada tiempo y lugar, garantizando así que su misión sea siempre relevante y eficaz.

En su esencia, la Iglesia Católica Apostólica Peruana busca ser un faro de guía y un instrumento de servicio para la comunidad de creyentes. La unión de los obispos en esta asamblea les permite tomar decisiones conjuntas y estratégicas que benefician al cuerpo de la Iglesia en su totalidad, fortaleciendo la fe y la práctica pastoral. Esta colaboración no solo optimiza la labor de cada obispo en su propia diócesis, sino que también fomenta una comunión más profunda entre las iglesias que la conforman, reflejando así el espíritu de unidad y cooperación que define a la Iglesia.


Nuestras Misión Pastoral

Nuestra misión se centra en un llamado activo a todos los fieles para que se involucren directamente en la evangelización. No es una tarea reservada a unos pocos, sino una vocación compartida que busca que cada miembro de la comunidad se convierta en un mensajero de la fe. Esta labor pastoral está arraigada en un principio fundamental: la experiencia de Dios es tanto el inicio como el objetivo final de nuestra misión. Buscamos que las personas no solo conozcan a Dios de manera intelectual, sino que lo encuentren de manera personal y transformadora en sus propias vidas.

La esencia de este trabajo evangelizador se fundamenta en la centralidad de Cristo y en la primacía de la Palabra de Dios. Cristo es el corazón de nuestra fe y el modelo a seguir. Su vida, sus enseñanzas y su sacrificio son la guía para nuestra acción. Del mismo modo, la Palabra de Dios, expresada en las Sagradas Escrituras, es nuestra principal fuente de inspiración y la luz que ilumina nuestro camino.

Un ejemplo palpable y exitoso de cómo llevamos a cabo esta misión es la iniciativa conocida como "Operación Contacto". Este proyecto, que comenzó en 2011 bajo la visionaria gestión de Monseñor Jesús Gutiérrez, se basa en la evangelización puerta a puerta. A través de este método, nuestros misioneros establecen un contacto personal y directo con las personas, escuchando sus inquietudes, compartiendo la fe y ofreciendo apoyo espiritual. Desde su inicio, esta labor ha continuado de manera ininterrumpida, demostrando un compromiso inquebrantable con la proximidad y la cercanía pastoral.

Gracias a este esfuerzo constante, hemos movilizado a más de cincuenta misioneros dedicados, quienes han llevado la Palabra de Dios a cada rincón de nuestras diócesis. Su labor no solo ha difundido el mensaje evangélico, sino que también ha fortalecido el tejido de nuestra comunidad, creando lazos de fraternidad y fe que continúan creciendo y dando frutos.